El articulo que quiso ser pero no pudo...

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“SORIANOPINA”


Cuatro de los cinco integrantes de la Mesa Departamental del SUINAU Soriano somos educadores con poco mas de dos años de antigüedad en la institución. A pesar de ello o quizás por ello, aún mantenemos una mirada fresca, esperanzada, cuasi ingenua sobre el INAU, el gremio, los problemas de los gurises a los que atendemos y las posibilidades ciertas que tenemos o no de incidir positivamente en algunos de éstos ámbitos.
Es así que con in disimulado entusiasmo nos aprestamos a participar del tan promocionado Congreso de la COFE. Concurrimos a cuanto regional y taller previo hubo con el fin de ir lo mejor preparados posible, para no “hacer un papelón”. Nos leímos por completo una carpeta con casi 100 hojas llenas de propuestas, resoluciones, informes, mociones, gráficas y otras yerbas. No nos vamos a agrandar diciendo que lo entendimos todo, pero al menos nos fuimos familiarizando con algunos términos que hasta entonces no formaban parte de nuestra jerga. Pero tampoco nos inquietó demasiado pues estábamos seguros que en el Congreso todo nos iba a quedar superclaro. Nuestra alegría fue mayúscula cuando al llegar al mismo nos entregaron otra carpeta con más información dentro. Creímos entender que el tremendo retraso que hubo en el inicio del mismo se debió a que en realidad nos estaban dando tiempo a aquellos participantes, que como nosotros eran verdaderos neófitos en éstas cuestiones, para que leyéramos toda la información que nos daban. Nos sentimos orgullosos de pertenecer a una confederación de sindicatos tan democrática, tan participativa y tan organizada.
Ahora bien, en la ceremonia de apertura, creímos advertir que más de dos personas de las que se encontraban en el estrado apenas balbucearon la letra de nuestro Himno Nacional y ni que hablar de todos los que no cantaron La Internacional. Si bien puede ser visto como un detalle menor, nos preocupaba a nosotros no saber si habrían pasado de moda o no dichos himnos. Lo que sí comprobamos, cuando le pedimos al muchacho que se encargaba de musicalizar la velada que nos pasara un tema, fue que “A redoblar” no se cantaba más. Lástima.
Pero bueno, los discursos encendidos de los compañeros argentinos representantes de la CLATE ya habían sido pronunciados, Los 8 de Momo se dispusieron a cantar, las primeras copitas de vino y vasos de wisky empezaron a circular y nuestra preocupación comenzó a aumentar.
Y claro, nosotros no queremos quedarnos en la chiquita pero ya estábamos hasta con ganas de reclamar como puede ser que en los talleres previos no se nos hubiera instruido en relación al uso, manejo y degustación de los canapés, brochettes y bocaditos varios que empezaron a servir. Alguno de nosotros (que hace tiempo que ya no vamos a bodas, cumpleaños de quince ni almuerzos de trabajo) no sabíamos ni como agarrarlos y solo respiramos aliviados cuando vimos unas empanaditas que nos volvieron el alma al cuerpo. Llegamos a pensar que nos habíamos equivocado de evento y que en lugar de la IASA estábamos en ADM. “¡Cuánta elegancia¡”, “¡Eso es lucha de clases¡” “!Viva la diversidad gastronómica¡” pensamos mientras bailábamos al son de “Azuquita p’al café” y seguíamos tomando wisky sin discreción. Así llegamos a los postres, un poquitín mareados y cada vez más confundidos.
A ésas alturas ya no sabíamos si agradecer por tanto derroche del que nos estábamos directamente beneficiando o preguntar que tenía que ver todo eso con la carestía, los salarios sumergidos de los trabajadores del Estado, la crisis económica, etc... . Mucho menos nos atrevimos a preguntar quien pagaba todo eso, por temor a la respuesta claro está. Pero decidimos no empañar dicha fiesta con cuestionamientos que pudieran incomodar a alguien y decidimos seguir “pachangueando” y esperar a ver que sucedía en los dos días de trabajo que quedaban.
Con una importante “resaca” llegamos al jueves, prontos para participar en alguna comisión que se formara. Sabíamos que estábamos bien preparados para actuar a la altura de las circunstancias, no sólo la delegación de Soriano, si no también el resto de los compañeros del SUINAU de todo el país ( ¿de todo el país?) . Y no era una confianza tonta la que nos embargaba si no que la misma venía de haber tratado con suficiente tiempo de análisis, reflexión y debate el contenido no solo el “Documento base para la discusión ...” del compañero Pablo Cabrera de la COFE, si no también el documento alternativo que presentara nuestro sindicato, escrito por el compañero Tato.
¿Vos, compañera lectora, compañero lector no creés que una hora antes y una hora después del asado que nos comimos el miércoles en el local sindical no es tiempo suficiente como para analizar seria y profundamente éstas cuestiones?.¡ Si lo será ¡ que escuché a un compañero ( no voy a decir de cual de los diecinueve departamentos es para no dejarlo “pegado” ) comentar que dicho documento alternativo fue:
1. presentado a destiempo
2. desenfocado
3. demasiado general
4. lo poco que tenía de específico se perdió en lo macro
5. mero diagnóstico
6. poca crítica
7. con gráficas poco serias que dejaban afuera otras variables económicas
8. que condujo a una discusión ideológica no pertinente para el fin y el momento dados.
Así y todo, el SUINAU, y es de justicia reconocerlo, fue el único de los cuarenta y pico de sindicatos que integran la COFE, que presentó en el Congreso un documento como aporte para la discusión.
Pero nos parece que llegamos tarde al Congreso, el clima que se veía era como de que ya había sido todo discutido en alguna otra parte de la IASA o cuando fuimos al baño, o a calentar agua para el mate. Nada se discutió, en nada se profundizó. La Comisión de Organización y Finanzas trabajó con los libros contables sin cerrar, con errores en las liquidaciones y sin un balance pronto.
En la Comisión de Balance, Perspectivas, Plataforma y Programa, se discutió tres horas, se votó, luego se volvió a discutir sobre lo ya laudado, la Mesa reconoció que se estaba manejando mal, y nosotros cada vez más confundidos nos preguntábamos cuando íbamos a hablar de todo lo que habíamos leído y para lo que nos habíamos preparado.
Por otra parte los delegados trabajadores de Salud Pública nos apabullaban con sus ochenta y pico de votos que prácticamente hacían que nuestra ilusión de incidir en algo se desvaneciera. Y cuando me acordé que el compañero Pablo Cabrera es representante (además de presidente de la COFE, obviamente) de los trabajadores de la Salud Pública ahí ya no entendimos más nada. Releímos la parte final del documento que él mismo escribiera y no pudimos encontrar el correlato entre la teoría y la práctica. Nos vamos a permitir transcribir partes de dicho final:
“...Necesitamos instalar además como elemento importante la construcción de una organización diferente, con más llegada a los sindicatos, incorporando una realidad diferente,... por lo tanto existe una imperiosa necesidad de trabajar en una verdadera elaboración de conciencia colectiva..., pensar en el fortalecimiento de la herramienta como un verdadero proceso de acumulación para llevar adelante las reivindicaciones que planteamos... que en las luchas, cuando se dan desde la verdadera unidad de clase las conquistas llegan... por un congreso que nos de la posibilidad de seguir profundizando nuestros valores mas caros, unidad(¿) solidaridad(¿) y lucha...”
Menos entendimos el viernes, día de plenario, (ya casi nos habíamos dado por vencidos), cuando luego de ovacionar claramente una moción presentada por otros gremios, y ante la clara señal de un integrante de la Mesa, votaron en contra de lo que recién habían aclamado.
Pero no carguemos todas las tintas contra los compañeros de Salud Pública; desde otros gremios que ya no recordamos ( no tanto por su inferioridad numérica en cuanto a cantidad de votos como por lo difícil que se nos hace pronunciar las siglas que los identifican) encontramos también sendas contradicciones.
Recordamos ya como anecdótico que cuando un compañero de Aviación Civil, plantea la situación de su gremio, todos nos sentimos identificados no solo con su planteo si no también con la forma humilde, sencilla y hasta cálida con la que se expresó. Pero la alegría le duró poco; no bien fue propuesto el compañero por parte de nuestro presidente Joselo, para ocupar un cargo de Intendente de la COFE, ( cargo honorario y de escaso peso político), no solo hubo quienes lo rechazaron si no que hasta se llegaron a disputar el puesto.
Tanto fue así que los compañeros de Aviación Civil decidieron desestimar la propuesta que se les había hecho y como se dice por éstos lugares, se “bajaron” de la candidatura. Una cosa de no creer, y no queremos pensar que hubo gato encerrado por temor a que nos tilden de negativos o desconfiados, además ya se estaba terminando el congreso, que más da ¡. Pero haber llegado a ésas instancias para ver que lo que se discutió con más calor y dedicación de tiempo fue quien iba a ocupar ése puesto habla a las claras de cuánto nos falta por aprender.
Por suerte el XIII Congreso de la COFE, será dentro de dos años, lo cual nos da tiempo para:
1. leer menos documentos aburridos y más de columnas sociales de los diarios y revistas capitalinas, al menos para entender algunas alianzas y arriadas de banderas que hace un tiempo atrás eran impensadas dentro del movimiento sindical
2. tomar clases de etiqueta para no tirar más por los rincones aquellos bocaditos extraños de los cuales ni siquiera sabíamos cual era la parte comestible y cual no.
3. pedirle el nombre del diseñador que viste a algunos dirigentes sindicales que últimamente están tan bien “lookeados” como dice Moria
4. aprendernos la letra de los himnos que estén de moda en ése momento
5. llevarnos grabado el tema “A redoblar” por las dudas que nos dé un ataque de nostalgia, seguro que al tren que vamos va a seguir estando fuera de onda
6. tomar clases de control mental, meditación, yoga o algo así para no calentarnos cuando se manipulan las acreditaciones, se manosean nombres y se cambia de criterios sobre la marcha sin que nadie se haga responsable
7. tomar clases de lectura veloz por el método ILVEM por las dudas que otra vez tengamos dos horas o menos para leer algunos documentos sobre los que después no tengamos que posicionar
8. hacernos amigos de los compañeros de Salud Pública o de lo contrario conseguirnos algún laburito en un hospital o policlínica para saber que se siente ser el “patrón de la vereda” en la COFE
9. terminar de entender, a los efectos de no mortificarnos más, que lo de unidad, solidaridad y lucha, es nada más que un slogan
10. averiguar por las dudas la dirección de ADM